Un regalo - VGB

7:39 a.m., abro los ojos y respiro. Sonrío y pienso: “Gracias, Dios, por otro día más de vida”. Tomo mi celular, reviso mis notificaciones, y doy un par de likes a publicaciones de amigos míos. Es suficiente, será mejor que me levante y vaya por una buena taza de café. Me dirijo a la cocina y veo a mamá. Le beso la mejilla y le digo “Buenos días”. El café está listo. ¡Wow!, siente ese sabor, un regalo de la vida.
Desayuno y lavo mis platos y cubiertos. Salgo y veo a mis vecinos, mis tíos y mi abuela. “Buenos días”, digo con un tono alegre. “Gracias a Dios ellos están bien”, pienso.
Es hora ya de que mis padres se vayan a trabajar. Es mi tiempo del día. Leo dos capítulos de un libro y luego me dispongo a limpiar la casa. Conecto una bocina a mi celular y sólo pongo play. Escucho la melodía, las letras, las armonías. Pffff, ¿habrá algo mejor que escuchar? Probablemente sí, pero yo disfruto mucho esto.
Continúo limpiando y ¡boom!, suena mi canción. Nadie me interrumpa, la cantaré a todo pulmón. ¡Qué gran sensación! ¿Lo ves? Desperté, respiré, besé a mis papás, tome una buena taza de café caliente y sacié mi hambre con un rico desayuno. Leí un poco y canté mucho. ¿Qué mejor regalo podría tener? Tantas cosas tan simples que causan placer, que causan amor, que dan felicidad. Gracias vida, gracias Dios.




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