Home viaje Amigo, la intención es lo que cuenta - Joel Herrera
Amigo, la intención es lo que cuenta - Joel Herrera
Clo 7:34:00 a. m. 0
Ese día aparentaba que todo saldría a la perfección, pues dicen que lo que se planea nunca sale como uno quiere, así que a última hora improvisamos y decidimos salir a Puerto Peñasco. No era el auto indicado –siempre lo supe.
-Vamos en tu jeep –le dije a Carlos, mi mejor amigo.
-Compa ¡vamos a gastar más! –Exclamó.
No me quedó otra opción así que, emocionados, emprendimos el viaje en mi pequeño auto.
Recuerdo que en aquel momento mi autoestima estaba por los suelos, y su intención era animarme. Me persuadía poco a poco para que tomara las cosas con calma. Como buen amigo me apoyaba para sacar lo mejor de mí. Para él lo importante era no abandonarme y tratar de hacerme volver al camino correcto –siempre lo intentó.
Durante el viaje me fue imposible manejar más allá de la ciudad de Mexicali, pues las líneas constantes del pavimento y el viento a 28°c sobre mi rostro adormecían mis ojos cansados. Entoces, opté por pedirle que manejara durante el resto del camino. No obstante, creo que en todo el viaje esa fue la peor decisión.
Yo sé que él es buen conductor, pero olvidé que le encantan los autos deportivos. Debí pensar antes en otro plan de acción, cualquier cosa, lo que sea, pero haberle dejado el volante solo significaba una cosa: velocidad. No me daba miedo realmente la velocidad o que sufriéramos un choque –por que como ya dije antes, él es un buen conductor- sino que era la primera vez que viajaba con ese deportivo y ambos desconocíamos información importante sobre el cuidado del motor durante un viaje de seis horas sin escalas y a 140 km/h.
Al pasar por el desierto, la naturaleza nos regalaba una vista espectacular de diferentes formaciones geológicas y encuadres del paisaje que solo ves en pinturas. Eso fue como un regalo para mí, ya que pocas veces he viajado y visto cosas semejantes a esas con mis propios ojos. Lo preocupante comenzó cuando llegábamos a la entrada de la ciudad de Puerto Peñasco. ¿Cómo no preocuparte cuando comienzas a escuchar algo diferente en tu auto?
Nos detuvimos inmediatamente en la primera estación de gasolina para revisar que todo estuviera bien, pero realmente nada estaba bien. Al abrir el cofre y revisar los niveles de agua y aceite, nos dimos cuenta de que estaban vacíos; así es, solo era cuestión de tiempo para que el motor quedara inservible.
Al entrar en la ciudad, percibimos que había montones de arena, un sinfín de camionetas 4x4 y toda clase de vehículos todo terreno. No creí que él lo dijera, pero así fue, lo hizo... Dijo emocionado: “Debimos haber traído el JEEP”.
–Y apenas se te ocurrió? –Contesté de inmediato con un tono sarcástico. –¡Te lo repetí antes de salir! –Insistí con fuerza alzando la voz.
Él solo hacía como que no me escuchaba. ¡Vaya manera de subirme la autoestima! Pero ya no se podía hacer nada.
Lo que me llamó la atención fue que, increíblemente, el auto aún caminaba, y lo hizo durante tres días más, aunque eso no lo suficiente para regresar a casa en él.
A pesar de lo ocurrido, Carlos demostró que no me dejaría solo. Se encargó de todos los gastos (autobús, grúa, comidas, hotel, etc.). Me mostró su “lealtad”. Eso es ser un amigo.
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