Home pérdidas Me llamo Julián - D. M. Santiago
Me llamo Julián - D. M. Santiago
Clo 5:07:00 a. m. 0
Nací el 19 de Julio del 2001 alrededor de las 8 AM en la ciudad de Rosarito. Soy el menor de 6 hijos. Al parecer, antes de mi llegada había una familia feliz. Una familia en la que no existían gritos, reclamos, ni mucho menos golpes.
Tenía cerca de 3 años cuando mi papá decidió irse de casa para no volver. La razón… bueno, él tenía otra familia. Se desentendió de sus obligaciones como padre y la carga pronto cayó sobre los hombros de mi madre y mis 2 hermanos mayores, quienes al ver la situación abandonaron la escuela para trabajar y ayudar a mamá. Pronto cumplí 6 años, y bueno, todo seguía igual. Tuve que aprender a regresar solo a casa ya que mi madre, con tanto trabajo, no tenía tiempo de ir por mi a la escuela. Así continúe los siguientes 6 años.
¡13 años! Valla, no sentí correr el tiempo. Acabo de entrar a la secundaria, no tengo los uniformes y mucho menos dinero, espero adquirirlos pronto.
Aunque esta fue una etapa difícil, debo admitir que fue muy buena. A pesar de los problemas económicos que existen en mi casa, logré salir adelante. Ahora tengo un sueño, estudiar mecatrónica, tener un buen trabajo y sacar adelante a mamá. Ya no quiero que trabaje. Le estoy echando muchas ganas y gracias a eso me gradúo con 9.2. ¡Mamá está muy orgullosa!
Ya tengo 16 ¡Estoy en la preparatoria! También tengo un trabajo, aunque debo de admitir que es un poco difícil trabajar y estudiar al mismo tiempo. En el 2do semestre repruebo cuatro materias por faltas y retardos. Mamá está muy molesta.
Llego a casa con buenas noticias, he aprobado las 4 materias con 8, pero espera... ¿Acaso esas son mis maletas? No logro entender la situación, mi hermano mayor está aquí hablando con mamá, ella me mira y dice:
-Yo no puedo cuidarte más, y menos si no tienes ganas de estudiar, ahora te irás con tu hermano, buena suerte.
Me da mis maletas y me lleva a la puerta. Subo al auto. Mi hermano arranca, digo adiós a mamá con la mano y ella me da la espalda.
Llegamos a la casa de mi hermano y están ahí mi cuñada y mi sobrino. Me reciben de la mejor manera.
Tres semanas después es patético. Mi cuñada no me tolera, soy malo, no hago nada, soy un mal ejemplo para su hijo, se escuchan gritos cada noche, no lo soporto.
A la 4ta semana me dice mi hermano que tengo que trabajar. Él es dueño de una barbería, me lleva y me enseña el oficio. Comienzo a trabajar, aporto a la casa y continúo con mis estudios. Paso un año y medio con él, pero ya no soporto más a mi cuñada, así que decido volver a Rosarito, al lado de mi madre.
Ella me recibió de la mejor forma. Pronto encuentro un empleo, le doy dinero a mamá y continúo estudiando.
¡Maldición! Debí pasar más tiempo con mamá, en vez de centrarme en trabajar y estudiar. Terminé la preparatoria al fin. ¡Muero por ir a la universidad!, pero eso tendrá que esperar, pues no cuento con el dinero suficiente para ingresar.
Es 29 de agosto. Llego a casa del trabajo y mamá está parada frente a la puerta. Me mira fijamente y exclama:
-¡Toma tus cosas, solo lo que te quepa en la mochila!
La observo, subo a mi cuarto, tomo algo de ropa, las cartas que me han dado mis amigos y un par de zapatos. Bajo, veo a mi madre afuera junto a un taxi. Nos subimos y este se dirige hacia el aeropuerto. Llegamos, me da un boleto, un abrazo y me dice:
-No puedo cuidarte más, eres una carga con la que ya no puedo lidiar. En todo caso te deseo la mejor de las suertes, que logres todos tus objetivos y una buena vida. Ahora mismo te vas a Tabasco, allá te está esperando tu papá.
Llaman a abordar mi vuelo, me doy la vuelta y me dirijo hacia la sala de abordar. Volteo a ver por última vez a mi madre, me ve y me grita mientras sacude la mano:
-¡TE AMO! Suerte en todo lo que hagas.
Solo asiento con la cabeza. Ahora mismo estoy odiándome, soy un idiota.
Al fin llego a Tabasco. Está mi papá esperándome afuera. Me ve y dice:
-Este es un boleto a Veracruz, te vas y allá te quedas con tu tía, yo no tengo tiempo de cuidar hijos.
Llego a Veracruz, y ahí está mi tía. Estoy dos días con ella. Muy amablemente me lleva a conocer la ciudad, pero me comenta que no me puede tener más tiempo y me manda con su hermano.
Estoy dos días con él. Me lleva a conocer el puerto, pero creo que no le gusta tenerme en su casa. Al 3er día ya he comprado un boleto de vuelta a Tabasco.
Llego a casa de mi papá y no hay nadie ahí, tendré que dormir en el patio. Paso muy mala noche. Duermo sobre la banqueta.
Al fin llega mi papá pero no se alegra de verme, está molesto y me grita.
-¡Te dije que no tenía tiempo de cuidar hijos! Pero está bien, ya que estás aquí tendrás que trabajar.
En la tarde me da una máquina de cortar cabello:
-Mañana te presentas en la barbería, ahí te van a dar trabajo.
Trabajo cerca de dos semanas en ese lugar, hasta que el 8 de septiembre me llaman para decirme que mamá ha muerto. Compro un boleto de emergencia. El 10 de septiembre ya estoy en Rosarito. Le doy sepultura a mamá, volteo a mi alrededor y todos se han marchado. Estoy solo ¡solo, maldita sea! Soy un idiota, un idiota porque no le dije a mamá lo mucho que la amaba, no le pude contar lo mucho que quería sacarla adelante, llevarla de viaje, sacarla de trabajar. Mi mamá se fue, se fue para siempre, me dejó solo y no fue capaz de decirme que iba a irse y que una vez más me iba a dejar a mi suerte. La odio ¡la odio!, porque nunca me dijo las cosas, nunca me contó que es lo que estaba pasando; pero la amo, la amo y la extraño, quisiera que jamás se hubiera marchado.
Me llamo Julián...
Publicar un comentario