De grande quiero ser - M. Bretón



De pequeña decía que de grande quería ser cajera. Tantas eran mis ganas de serlo que mis papás me compraron un juguete que simulaba ser una caja registradora. Lo usé muchas veces y sentía que cumplía mi sueño de ser cajera, pero nunca he sido una persona que dura mucho con una idea. Inmediatamente, mientras empaquetaba una caja de cereal y dos aguacates decidí que, por más divertido que fuera, no era para mí y justo en medio de que me pagaran setenta y dos pesos exactos, había descubierto lo que realmente quería ser: maestra. Esto tampoco resultó y cada cierto tiempo que alguien me preguntaba que quería ser de grande siempre daba una respuesta diferente. Astronauta, arquitecta, ingeniera, actriz, doctora. Siempre, durante toda mi vida, había pensado en qué quería ser dentro de 10 años. 

Sarcoma. 

Catorce años vividos y nunca había escuchado esa palabra ni había visto ese gesto en la cara de mis papás a la hora de escuchar al doctor. El doctor hablaba y yo solo podía pensar en cómo una palabra que desconocía su significado ahora significaba tanto en mi vida. 

-Mariana, toma una paleta y ve a recepción a esperar a tus papis- dijo el doctor mientras me extendía un bote lleno de dulces. 

Tomé mi paleta sabor manzana verde y me dirigí a recepción, me senté en el sillón y esperé a que salieran mis papás. En ese momento todavía me preguntaba el significado de la misteriosa palabra. La consulta finalizó y mi mamá y yo nos dirigimos a la casa. 

¿Alguna vez han sentido que están en una escena melancólica de una película  mientras están en el carro y está lloviendo?  En ese momento me sentía así, y era como si el cielo pudiera conectarse con las lágrimas de mi mamá que se iban derramando por sus cachetes y arruinando su rubor fucsia que tanto la caracteriza.  

Mi mamá trataba de explicarme lo mejor que podía lo que estaba sucediendo. 

- Cirugía, resultados de patología, más visitas con doctores y dependiendo del resultado decidiremos qué hacer- dijo mi mamá mientras tomaba de mi mano. 

Me explicaba que el doctor les mencionó que si llegaba a ser maligno no sabrían lo que pasaría conmigo. No me malinterpreten, todo esto podrá sonar un tanto feo y tal vez piensen que en estos momentos me sentía deshecha, triste o enojada; tal vez piensen que mis pensamientos iban mil por hora pensando en lo peor que podía suceder. Pero no fue así, lo único que podía pensar era que por primera vez en mi vida podía dejar de pensar que quería ser de grande, por primera vez no tenía que responder cuando alguien me preguntaba cómo me veía en el futuro porque no sabía si existía un futuro para mí.  

Pero esta no es una historia triste, ni mi objetivo es que se sientan mal. De hecho, me gusta ver esto como una historia feliz. 

Los días pasaron y junto con ellos también lo hicieron análisis, consultas médicas, incertidumbre, lágrimas y finalmente resultados finales. Llámenlo suerte, destino, obra de dios, lo que sea que crean, pero lo que un día los doctores vieron como un resultado intratable resultó ser uno no tan terrible. 

Varios años han pasado y finalmente estoy sana, pero el significado de sarcoma no se me ha olvidado. 

Sarcoma: Tipo de cáncer que empieza en el hueso o en los tejidos blandos del cuerpo, como el cartílago, la grasa, los músculos, los vasos sanguíneos, el tejido fibroso u otro tejido conjuntivo o de sostén.

Lo que un día una palabra me recordaba a que no sabía si habría un mañana para mí, ahora me recuerda a que tengo un día más para responder qué quiero ser de grande. 


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