La primera vez que me enamoré - Delfín

Esta historia empieza en mi sexto año de primaria, dos semanas antes de mi viaje de intercambio escolar a Canadá. La escuela nos pedía que juntáramos dinero vendiendo chocolates para financiar una experiencia un poco más placentera para todos nosotros. Fueron dos semanas que me parecieron divertidas y a la vez siento que me enseñaron acerca de la dedicación. 

En la noche previa al viaje nuestros padres decidieron que sería más cómodo si cruzábamos la frontera en la noche, después de la escuela. En San Diego nos quedamos a dormir en la casa de una compañera que en ese tiempo era muy amiga mía. Estábamos muy cansados y apenas cenamos todos nos fuimos a la cama, ya que teníamos que despertarnos bastante temprano.

El día del viaje considero que fue un día bastante pesado. Estuvimos despiertos desde temprano y andábamos entre aeropuertos, vuelos y aviones todo el transcurso del viaje. 

Al llegar nos organizaron y fuimos distribuidos por diferentes casas en dúos. En esa ocasión me quedé con una familia muy linda y muy amable. 

El primer día de clases estaba muy nervioso y asustado preguntándome cómo nos iban a recibir los estudiantes de esa escuela. Había llegado el momento de conocer a los que serían nuestros compañeros durante dos semanas. Siendo honesto, yo solamente me senté y me quedé callado. Nunca he sido una persona muy social, y parecía que los chicos de Canadá tampoco sabían muy bien cómo acercarse.

El primer trabajo escolar que tuvimos que hacer fue en equipo. Solo podía haber un chico de intercambio en cada equipo. Esto se decidió con la finalidad de que nos conociéramos mejor y rompiéramos el hielo. Gracias a esa dinámica conocí al chico que más aprecié durante mi viaje, y a otra niña a la cual no le hablé mucho después de ese trabajo. 

Pasaron los días y cada vez iba conociendo más gente. Así conocí a alguien especial que convirtió la historia de mi primer viaje de intercambio en la historia de la primera vez que me gustó alguien.

Esa chica se convirtió en alguien verdaderamente especial para mí y no tenía cabeza para nada más que ella. Es lo más parecido al amor que he sentido. Traté de pasar todo el tiempo que podía con ella y a la vez tenía mucho miedo de aceptar y de decir lo que verdaderamente sentía, ya que era una tontería, solo estaríamos ahí por dos semanas y una de las dos semanas ya había pasado. Sabía que en esa situación solo podía perder.

Cada día que pasaba ella solo me gustaba más y siendo un niño no podía faltar la etapa vergonzosa en la que me ponía muy nervioso estando con ella y no sabía qué decir, o lo que decía solo volvía las cosas más incómodas. Esta es la vida real, este no es un cuento de hadas y no soy una persona con suerte, por lo cual la primera vez que me enamoré de alguien no fui correspondido. Realmente sí era una tontería, aunque solo se necesitó una semana para que ella entrara en mi corazón.

La primera vez que me enamoré y el rechazo que vino después me enseñaron a no ilusionarme con cosas que no pueden ser o cosas que no tienen lógica. Esa experiencia me ayudó a mantener la mente en la tierra y conocer mi realidad. Estoy consciente de que cada quien ve la lección diferente y la vive diferente. Pero esto es lo que yo aprendí y creo que esa parte de mi vida es la que más lecciones importantes me trajo para poder ser tal y como soy actualmente. 


Publicar un comentario

Copyright © Tijuana cuenta. Designed by OddThemes